Hoy les hablaré (sonó como club de la comedia) de las personitas que nos hacen enojar. Interesante no?.
Sin duda y sin duda que siempre estamos rodeados de gente molesta. Y la verdad es que en mi caso personal esas personitas me dan igual hasta que en algun punto fatídico de la recta del tiempo o probablemente por alguna alineación planetaria comienzo a frecuentarlas.
En un principio me pasa que las compadezco porque pienso: ''ey!, no pueden ser tan molestas, por qué tratan así a ese pobre weón, a esa pobre weona?''.
Y mal.
Al final resulta que termino odiándolos más que todos los otros seres vivientes juntos.
Y mi sistema inmune social tiene especial sensibilidad contra esas personas que se victimizan todo el tiempo y TODO EL TIEMPO. Es que, es natural del ser humano sentirse víctima de este mundo tan volátil y fugaz pero estigmatizarse al nivel de una mina que la violó el padre, el abuelo, el pastor, el profe, la tia, la hermana y el perro me genera rabia.
Jesús no se quejó nada cuando le pegaron tanto, lo traicionaron y después lo mataron. Mi fuente de este relato son esas películas viejas de semana santa. Se han dado cuenta de que nunca las renuevan?, pero ese es tema para otro día.
Volviendo a la senda del pelambre y el ataque, creo que éstas personas tienen alguna clase de munchausen. No entiendo qué buscan con sentir lástima del prójimo y lo digo porque a los prójimos les importa un carajo si se sienten como la callampa.
Porque en este mundo globalizado todos nos preocupamos de nosotros. No tenemos tiempo para la vieja gorda con 7 cabros chicos que sale en el matinal encarando a su municipio, ni lo tenemos tampoco para la gente en silla de ruedas que no puede entrar a un edificio por no haber accesos adecuados.
Tanto pecador llorón que hay en este planeta por Dios.
Y la razón de su queja es una 'mala vida' cuando tienen todas las comodidades del jodido progreso humano. Me encantaría llevarlos a Ruanda donde se matan unos a otros con palos. Me encantaría llevarlos a Etiopía donde no tienen agua potable, comida ni médicos. Donde los niños nacen con VIH y si eso no los mata mueren de hambre. Me encantaría llevarlos a ver como millares de bebés recién nacidos son arrojados a la sabana africana para ser devorados por buitres porque sus madres no tienen cómo alimentarlos.
Sería de gran ayuda para esta gente weona con depresión endógena ver la realidad más allá de: ''maldición, me siento abandonado por el mundo porque hoy nadie me ha saludado por el msn''.
Lo otro es no tomarlos en cuenta. Ustedes decidan, porque a fin de cuentas el gobierno aún no nos quita el libre albedrío.
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