diciembre 08, 2008

Tus manos, escondidas bajos los pliegues de tu chaleco, sudaban avergonzadas como si ellas también lloraran. Tu cabeza, inmovil, sobre mi pecho como si nada importara.
Faroles, calles, gente, todo, todo se había ido en cuanto tu cuerpo comenzó su mas burda epifanía en el escenario de cada día, bajo la noche, la mas de las noches mientras todo el universo salía al desvelo por ti. En mis ojos la luna se desnudaba y uno a uno los nómades de los cielos caían sin elegancia en nuestro cuadro.
Jugábamos a ser diferentes, a ser extraños, a estar completos. A pensar que no es la poesía de otros mundos, a pensar que para cocinar hay que saber bailar, a pensar que quizás, las preguntas solo eran de niños.
Pero el tiempo rompió la botella, la película tomó su lugar y mis manos por mi se soltaron a llorar.

fotolog.com/smilesandlaughs

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