Juro por mi alma que me mató esa mirada tan..tan..no sé. Una de esas miradas que no se te borra de la mente. Una de esas miradas que no te abandona por semanas, homólogo a tener un examen a fin de año que no te deja en paz.
Porque al ver la fotografía sientes que es en tiempo real y eres tu a quien está viendo, como si te inculpara, como si te recriminara.
Es la sensación de esos sueños donde vas en caída libre y tu estómago se retuerce casi al llegar al suelo del dolor que te imaginas que vas a sentir.
Y es que sientes que esos ojos reflejan algo más que el flash, algo más que el contexto dando hacia ti todo el panorama psico-social que nadie ve.
Que envidia, que curioso, que locura.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario